Cultura

Hablemos

El Valle de Laciana tiene una gran riqueza cultural en todos los ámbitos. A esto contribuyó la creación en la comarca de la Escuela de Libre Enseñanza de Sierra y Pambley, fundada en 1887. Gracias a esta institución, el nivel de analfabetismo del Valle era del 0%, mientras que en el resto de España este porcentaje era bastante más alto.

Además de esta cultura, las tradiciones son muy importante en el Valle, y han influido mucho en la vida y tradición, incluso en la actualidad:

Lengua: En esta comarca se hablaba y se habla una variedad del asturleonés denominada patsuezu. Aunque a día de hoy no se habla más que en ambientes familiares, hay numerosas asociaciones que la estudian y tratan de recuperarla y mantenerla. Actualmente, hay varios escritores, músicos, grupos de teatro y grupos folklóricos, que utilizan la lengua en sus obras y canciones. Algunos escritores célebres de patsuezu son Emilce Núñez, Severiano Álvarez, Guadalupe Lorenzana, y Roberto González-Quevedo. Lo más común es hablar castellano introduciendo algunas palabras de esta lengua autóctona. Incluso existe un refrán en la zona, que dice lo siguiente: Quien nun diga tseite, tsume, tsino, tsana, nun ía del Vatse de Tsaciana (Quien no diga leche, lumbre, lino, lana, no es del Valle de Laciana), dado que la peculiaridad de esta lengua es la sustitución de la ll del llionés por la ts, que se pronuncia como ch. De ahí que a menudo también se conozca al Valle como Tsaciana.

Folklore: Existen varios grupos de baile que recuperan los bailes tradicionales de la zona, que son principalmente la garrucha y la jota montañesa. También recuperan los cantares de boda y cantares populares en general. Estos grupos utilizan el traje regional de la zona, fabricados de manera artesanal con tela de paño marrón. Además del folklore tradicional, hay en la comarca numerosos grupos de folk que mezclan la lengua y el folklore tradicional con instrumentos y ritmos más modernos. Tanto los grupos tradicionales como los modernos, utilizan los instrumentos típicos del Valle que son el pandero cuadrado, el acordeón diatónico, el birimbao y las castañuelas.
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